lunes, 29 de marzo de 2010

DE BRUNETE AL FIRMAMENTO


Sergio Canales se dio a conocer en el afamado torneo alevín. No estaba solo: José Carlos Terrón y Jorge Merino, compañeros entonces, siguen sus pasos hacia el éxitoLos tres llamaron la atención en aquella competición en 2003; siete años después, uno forma parte del Real Madrid, otro, del Barcelona, y el tercero, del Atlético

Sergio Canales, José Carlos Terrón y Jorge Merino tienen, al menos, tres cosas en común: son de la misma edad, se dedican a jugar al fútbol y coincidieron en el Torneo Brunete de 2003. Ésta es una competición de categoría alevín en la que participan equipos de toda España pertenecientes a los clubes que se encuentran en Primera División. Una forma de comparar la calidad de las canteras, en definitiva, pero también un magnífico escenario para evaluar a las jóvenes promesas.

A pesar de que en aquella edición el Racing no pudo levantar la copa -terminó subcampeón- el buen juego de algunos de los chavales no pasó inadvertido a los cazatalentos enviados por los grandes. Canales, Terrón y Merino estaban apuntados en la libreta.

En los siete años transcurridos desde entonces la vida ha dado muchas vueltas para los tres. No hace falta seguir insistiendo en hasta dónde ha llegado Canales, que es exactamente el mismo sitio al que aspiran quienes entonces fueron sus compañeros. De momento, siguen de camino. José Carlos Terrón se montó en el tren que pasó por Brunete y, desde entonces, pertenece a las categorías menores del Barcelona, en donde ha escalado hasta el Juvenil A; Jorge Merino aguantó en el Racing hasta el verano pasado, cuando firmó con el Atlético de Madrid -está en el Juvenil- para tratar de hacer compatibles sus carreras deportiva y universitaria.

Terrón no se lo pensó dos veces y, respaldado por su familia, decidió consagrarse a la carrera de futbolista una semana después de terminar el torneo. Tentado por el Valencia y el Barcelona, eligió este último club después de ver sus instalaciones y tras comprobar que allí podría encontrarse con sus padres más a menudo. «Con doce años piensas más en la familia que en el dinero o en otras cosas», dice.

«Mis padres siempre me han apoyado. Siempre me han dejado mi decisión, porque es mi vida, y me apoyan en todo. Aunque viven en Torrelavega, vienen a Barcelona cada fin de semana a verme».

Terrón destacó desde joven como defensa central, algo que le valió para ser convocado en las categorías inferiores de la selección. Siendo sub 17 se olvidaron de él, una circunstancia que aprovechó el equipo nacional francés -el padre de Terrón nació en el país vecino- para llamarle. Hasta ahí su experiencia internacional.

Mientras espera el final de la temporada para organizar su futuro, lleva una existencia centrada en el deporte. Comparte piso con cuatro compañeros y su horario comienza a las 11.00, cuando entra al gimnasio para un par de horas de trabajo. Después, comida en la Masía y siesta antes de coger el coche para dirigirse a la ciudad deportiva del Barcelona, donde le espera entrenamiento con el equipo y un rato más de gimnasio. El tiempo libre que rebaña lo emplea en ir al cine con los amigos o encerrarse en casa de alguien a echar partidas con la Playstation.

Esta temporada termina su contrato con el Barcelona, y aún no sabe qué pasará. «Es bastante pronto. Los equipos empezarán a fijarse ahora y, si ganamos, se fijarán más. Pero renovar por el Barcelona es la primera opción. Todavía no me han dicho nada porque siempre esperan hasta el final: si hay títulos, sube más gente».

Terrón siguió de cerca la eclosión de Canales, pero cree que tiene más que ver con su calidad que con el hecho de haberse quedado en el Racing. «Hombre, sí es más fácil destacar en el Racing que en el Barcelona, pero hay que tener cualidades. Canales es tipo Guti, con una visión de juego que sólo tiene él en el campo. Da su toque de magia a cualquier partido».

La presencia de Canales en el Racing ha convertido a Terrón en fiel seguidor del conjunto santanderino. «Sí, suelo ver los partidos. Antes sólo miraba la clasificación, pero ahora como juega él... Le llamo casi cada 'finde' para felicitarle si mete goles».

¿Envidia del éxito? «No. Desde el primer momento dije que no iba a pensar en qué hubiera pasado si me llego a quedar en el Racing. Él ha llegado ahora y yo quizás más tarde o no llegue. No puedes echarte encima cosas del pasado, porque te puedes hundir».

De su otro compañero, Jorge Merino, asegura que es «un gran jugador, que sabe atacar y defender. Lo habitual es encontrar sólo una de las dos cosas en un futbolista. Es muy completo y muy trabajador».

Interés

A Merino también le seguían la pista desde su época de cadetes, pero desoyó los cantos de sirena hasta que los caminos coincidieron. En cuanto llegó la hora de ir a la universidad, y después de elegir la carrera de INEF, el Atlético de Madrid se puso en contacto con él y en mes y medio llegaron a entenderse. «Me decidí por el Atlético fundamentalmente por la carrera. Quería estudiar eso y la otra opción era León, pero no había mucha salida. De momento lo compagino bien, aunque todo es bastante exigente. Hay momentos en que me dedico más a una cosa que a otra. La idea es ir haciéndolo poco a poco».

Su rutina tiene más que ver con la de un estudiante fuera de casa que con la de un deportista de élite. «Vivo en una residencia normal, que es más o menos del club. Por las mañanas voy a clase, y después cojo un autobús para ir a entrenar de 16.00 a 18.30. En el propio club tenemos hora y media de estudio y luego nos recoge el autobús».

Merino se confiesa «muy contento». Es su primer año de colchonero y de vida independiente. Al considerar una prioridad sus estudios, no es que el fútbol quede en segundo lugar, es sólo que no tiene prisa. Por eso no compara su caso al de Canales. «Él es un jugador diferente. No ha sido un goleador, pero siempre ha sido muy determinante. Tiene una visión de juego muy grande, hace cosas que no ves en el resto. Puede jugar al máximo nivel en cualquier categoría. Ha sido llegar y besar el santo de la mano de Portugal. Ha tenido una oportunidad y le ha salido muy bien. Alegra mucho ver a un compañero entre los mejores de la Liga».

También guarda halagos para Terrón. «Salió muy pronto del torneo. Siempre ha sido muy buen jugador, muy serio en defensa. Un físico como el suyo a esas edades llama la atención». Merino tiene además la receta para hallar un ganador: «Aparte de encontrar a alguien que te sepa dar una oportunidad, hay que tener una mentalidad diferente al resto. Hay que ser competitivo, creer en tus posibilidades y ser un ganador».

No cree que ser brillante en un equipo humilde sea decisivo para triunfar. «Si destacas en un equipo modesto se valora más, se ve más. En cuanto a si es más difícil o no, yo he visto a mucha gente en la cantera del Racing quedarse, y con nivel suficiente. Todo depende, Ahí está el Barcelona, el primer equipo del mundo, que apuesta mucho por los chavales. En el Racing uno no tiene compañeros tan virtuosos, mientras que si se está en el Barça, te facilitan más la oportunidad de lucirte. En otro equipo estás más solo».

¿Tiene más ventajas estar en un club grande? «Los medios son mejores, el cuerpo médico, las instalaciones, el dinero... y deportivamente estás peleando por la liga».

No obstante, insiste en que sus proyectos de futuro pasan «por acabar la carrera lo antes posible y llevar también lo del fútbol, si todo va bien, en el Atlético y, si no, en el sitio en que vaya a estudiar».

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